martes, 8 de septiembre de 2015

Especies amenazadas en las sierras

En las sierras donde se encuentra la Reserva Paititi existen muchas especies amenazadas, tanto animales como vegetales. Las sierras actúan como reservorios naturales donde se refugian muchas especies que en otros lugares donde se practica la agricultura ya no pueden existir. Una de ellas es la tarántula Grammostolavachoni, especie endémica que habita en la Reserva Paititi. Estas arañas, que pueden vivir hasta 30 años, son inofensivas para el hombre y son hábiles cazadoras de insectos. Recientemente han sido clasificadas como especie en peligro por la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza) habiendo sido puesta en la lista roja de especies amenazadas, debido mayormente a la fragmentación de sus habitats naturales y también a su captura para ser vendidas como mascotas.
Foto: Gabriel Pompozzi
Dice la bióloga Leonela Schwerdt que "en nuestra provincia Grammostolavachoni habita en las Sierras Australes o de Ventania y en las Sierras Septentrionales o de Tandilia. Dichas sierras se caracterizan por su gran diversidad de especies y su alto número de endemismos. Además albergan los últimos relictos de pastizal de la provincia de Buenos Aires. Sin embargo, estos ambientes se encuentran sometidos a diferentes disturbios como urbanización, agricultura y ganadería.
El aislamiento y el tamaño limitado de la mayoría de las reservas del país determinan que las mismas actúen como “islas continentales”, provocando que las especies endémicas (con distribuciones reducidas y requerimientos específicos) se vuelvan más vulnerables a los disturbios. Por lo tanto, como estrategia de conservación, es importante desarrollar medidas para proteger animales de percepción negativa, como las tarántulas, que se suelen dejar de lado en el diseño de planes de acción de las áreas protegidas. Además resulta relevante generar información que permita optimizar la conservación de los pastizales naturales, áreas valiosas por los numerosos servicios ambientales que brindan y por la fauna y flora que albergan." (http://www.boletin.cerzos-conicet.gob.ar/index.php/sabia-ud-27/sabia-usted-que-recientemente-se-categorizo-bajo-el-estado-de-vulnerable-la-tarantula-nativa-de-nuestras-sierras-grammostolavachoni)

Fuego en la Reserva!

En marzo de 2015 la reserva se vio afectada por un incendio de grandes proporciones, que quemó unas 120 hectáreas de sierra. El fuego empezó en un campo vecino y se extendió hasta Paititi llevado por fuertes vientos. Debido a una primavera muy lluviosa, se había acumulado mucha materia orgánica combustible en la sierra, y con un verano muy seco, esta materia se convirtió en el combustible ideal para un incendio de pastizal. El fuego avanzó rápidamente en las zonas de pastizal, y más lentamente en las zonas de bosque de acacias, alcanzando en estas últimas zonas muy altas temperaturas.
        Lo que a primera vista podría parecer una catástrofe, es para los pastizales un evento que, cuando sucede esporádicamente, ayuda a limpiar los mismos de materia seca excedente, a abrir espacios para especies que necesitan sol y espacio para desarrollarse, siendo en otras palabras, un suceso que trae renovación  y
regeneración. El fuego también puede activar semillas que están en el suelo, esperando la oportunidad para eclosionar después de la perturbación ocasionada por el fuego. Es en los ambientes colonizados por las acacias invasoras donde se pueden generar problemas, ya que a pesar que las acacias viejas se queman, también se activan sus raíces gemíferas y muchas de sus semillas presentes en el suelo, con lo cual se generan densos renovales que luego pueden ahogar la flora nativa.
        Con la cercanía de la primavera, muchas zonas quemadas ya están expresando la aparición de muchas especies de pastos y arbustos que con renovado vigor cubrirán en pocas semanas las zonas fertilizadas por las cenizas del incendio.


Modelos de producción amigables con el medio ambiente

La Reserva Paititi es parte de un establecimiento agropecuario que intenta combinar conservación con producción. Es así que desde hace más de un año, toda la producción vegetal del establecimiento se realiza bajo normas orgánicas certificadas. Estas normas aseguran que no se utilizan agroquímicos (ni herbicidas, fungicidas, insecticidas ni fertilizantes de síntesis química) ni semillas genéticamente modificadas, y que se aplican prácticas agronómicas que procuran la conservación del suelo y de la biodiversidad, así como una relación de harmonía social.
En la región Pampeana, en donde se asienta la Estancia Paititi, el modelo dominante de producción tiende a un uso cada vez mayor de insumos químicos de origen externo, a los monocultivos en sistemas agronómicos industrializados, y al consecuente desplazamiento de mano de obra rural, todo esto con alto impacto sobre la salud de la población y la estructura social rural. Es por esto que en Paititi intentamos generar modelos alternativos de producción que sean más amigables con el medio ambiente y con las personas, tanto las que consumen los alimentos producidos como aquellos que trabajan en el medio rural.
Uno de los cultivos más importantes en este modelo es el trigo orgánico, que se vendió en la cosecha anterior a una cadena de panaderías orgánicas, y que se caracterizó por una excelente calidad para la panificación. Otros cultivos orgánicos en Paititi incluyen avena, cebada, sorgo forrajero y pasturas y verdeos para la ganadería.



Pinturas rupestres en las sierras vecinas al mar

Otro motivo para conservar las sierras es el hecho de que ellas han servido como habitat humano durante más de 10.000 años, y como tal, aún conservan rastros y expresiones artísticas de pueblos indígenas muy antiguos. Escribe Diana Mazzanti, arqueóloga que ha trabajado en Paititi y en toda la zona de sierras realizando un importante trabajo sobre estos grupos humanos...
"Las sierras fueron el escenario de una intensa y milenaria vida social de grupos humanos, llamados cazadores-recolectores por el modo que esos pueblos determinaron su economía.
Un aspecto destacado en la vida social y simbólica de esos pueblos, que hace unos 1.000 años atrás habitaron esta zona, fue la producción de “arte en las rocas” o pinturas rupestres. Posiblemente, esa práctica fue utilizada para señalar sus territorios y señalar a los sitios que consideraron importantes y sagrados.
Las técnicas usadas en la realización de esas pinturas fueron el trazo lineal, en diversos grosores y utilizaron pinturas rojas y amarillas producidas con pigmentos minerales. De ese modo diseñaron casi siempre motivos abstractos (geométricos).
Los arqueólogos consideran que la orientación hacia el este de los lugares señalados con pinturas rupestres pudo ser un aspecto importante para seleccionar cuales reparos debían ser pintados con sus símbolos de identidad y uso ceremonial. Posiblemente en sus cultos interesaba indicar los lugares donde apreciar el amanecer en el mar."